BIENVENIDOS NOSOTRAS +SEGUIR
♥ Menú



Entradas por autora:
♥ Visitas



♥ Recuerda que...

Un blog se alimenta de tus COMENTARIOS


♥ Afiliados

Afilianos ❣

Afiliame! n__n Yurika Sekai SpainvsJapanNeworld [[ Arlequin Creations ]]
♥ Cumple del blog

Get your own free Blogoversary button!

♥ We Heart It {Kurumi}

♥ Credits

A Round of Applause to the following
Designer: Cynna
Image: Cyworld KR
Host: Blogger
Scripts : Dynamic Drive

Edit: Kurumi {Admin. de este blog}
Resources:
Tutorials:
Other:

Creative Commons License
© 2013. Kawaii Asia Rocks.
Leyla 17:30:00, domingo, 7 de julio de 2013 Permalink
Atrapada en la Oscuridad. Capítulo 2: Mirando al pasado. El "Werther" de 1.983
Decidí no hacer caso a mis extraños sueños, porque al fin y al cabo sólo eran eso, sueños, y aparte, me asustaban las historias de terror aunque las que solía contar Eric no me asustaban en absoluto porque sabía que eran inventadas. Excepto la de la “Casa de las mil ventanas”. ¿Cómo era posible que me asustaran unas simples figuras que lo más probable es que sean producto de la imaginación de los viajeros?
Ya conocía esa casa, no quedaba muy lejos de la zona donde vivíamos pero antes no le prestaba ni la más mínima atención porque sólo se trataba de un conjunto de ruinas, pero desde el momento en que entré al instituto, mis compañeros empezaron a interesarse por las historias de fantasmas y era más que nada porque tenían porque tenían que hacerse los valientes delante de los demás. Sólo se trataba de una moda pasajera.
Parecía que no a todos se les había pasado esa moda, pues Eric continuó insistiendo con el tema de la casa encantada, quería hacer “una excursión” para comprobar si las leyendas eran ciertas y ya de paso, visitar un lugar diferente. Incluso esa idea era estúpida, estaba claro que las leyendas no eran ciertas y si queremos visitar un lugar diferente lo mejor era buscar algo mejor.
Así estuvo insistiendo varios días con motivos cada vez más estrafalarios.
Estuve a punto de librarme de los caprichos de Eric si no fuera porque a veces ocurren pequeños accidentes que te cambian la vida para siempre.
Violeta va con su familia una vez por semana a visitar a su abuela, que vive en el pueblo de al lado y para ello, tiene que atravesar la carretera antigua que pasa por la casa encantada. Normalmente suele estar distraída aunque el viaje no sea tan largo y a la vuelta, está tan cansada que se duerme en el coche. Un día, su familia y ella hicieron el mismo recorrido de todas las semanas pero esa vez, Violeta se acordó de las palabras de Eric al recordar que siempre pasaban por la casa y en vez de escuchar música o hablar con su madre, que era lo que hacía siempre, fue más rápida para aprovechar y hacerles unas fotos cuando pasó por la famosa casa.
Cuando nos volvimos a encontrar en clase, nos enseñó las fotos, emocionada.
-    No son de muy buena calidad pero mirad: ¿No os parece sospechoso? – dijo mientras señalaba una especie de manchas blancas alrededor de la casa.
No me lo podía creer, tenía que haber previsto que pronto Violeta haría caso a Eric, obteniendo resultados como éstos.
A mí no me parecían nada del otro mundo esas “manchas” porque estaba claro que todo aquél que quisiera encontrar fantasmas, los acabaría encontrando. Como era de esperar, en opinión de Eric esas manchas se trataban de los fantasmas que teníamos que “investigar” y para colmo, Lysandro también apoyó la alocada idea para así poder pasar más tiempo con nosotros. Una decisión que me hubiera molestado si no fuera porque cuando dijo “con nosotros” me miró a mí, consiguiendo que me pusiera nerviosa y no supiera cómo actuar.
Al finalizar las clases, Lysandro me cogió del brazo y advirtió al resto que me “robaría un momento” porque necesitaba hablar conmigo.
Lysandro no dijo ni una sola palabra hasta que llegamos a un lugar tranquilo.
-    Lo siento Courntney, soy consciente de que esta situación no te tranquiliza en absoluto.
-    ¿Qué no me tranquiliza? Es que parece que todos os habéis puesto en contra mía cuando sabéis que no me gustan esas historias…
Lysandro me miró extrañado un momento y acto seguido se puso a reír.
-    Y yo que pensaba que a todas las “góticas” os gustaban las historias de terror.
Ese comentario no ayudó en absoluto a mejorar la situación, sino que todo lo contrario, me enfadó mucho y aún más viniendo de Lysandro, que notó mi cara de desaprobación y se dispuso a arreglarlo.
-    Bueno no te lo tomes así, lo único que pretendía era suavizar el ambiente con un chiste. Courtney… - Lysandro se sonrojó un poco cuando pronunció mi nombre- Uno de los motivos por los que quiero ir a esa estúpida casa, no es porque me atraigan las disparatadas ideas de Eric, sino por pasar más tiempo contigo… con… vosotros, poder conoceros mejor, así poder guardar buenos recuerdos de las primeras personas que decidieron recibirme con los brazos abiertos en este pueblo.
Me llevé las manos a mis labios como señal de arrepentimiento por haber dicho tantas tonterías. ¿Cómo era posible que no me hubiera dado cuenta?
Lysandro, al verme absorta en mis pensamientos, terminó por pasar su brazo por encima de su hombro y jurar que él mismo se encargaría de que no me pasaría nada dentro de esa casa, que haría todo lo posible para que no pasara miedo.









Nos encontrábamos en el autobús camino a la ya famosa casa, Violeta y Eric a un lado, Lysandro y yo en otro. Normalmente suelo aburrirme un poco en el autobús, así que por ese motivo, me gusta escuchar música o en su defecto, me quedo dormida si ya conozco el trayecto porque tengo la “habilidad” de que me despierten las rotondas ya que es el momento en el que el chófer reduce la velocidad, o me dedico a hablar con Violeta sobre cualquier tontería que nos interesara. Pero esa vez me entretuve mirando el semblante de Lysandro, quién tenía la mirada perdida, esperando a nuestra señal para bajarse del autobús, pues no sabía bien cuál era la parada. Eric y Violeta mientras tanto, estaban charlando amistosamente sobre anime, Violeta se quejaba de Eric porque según él, las chicas sólo les gustaban las cosas extremas, o Sojo o Gore, para ellas no existen el punto intermedio, sin embargo, Violeta le respondía diciendo  que a los chicos sólo les gustaban cualquier anime violento.
Cuando llegamos a nuestra parada ya podíamos ver la “Casa de las mil ventanas”, pero todavía teníamos que continuar un pequeño tramo andando.
Era un día caluroso y lo único que había a nuestro alrededor era el campo y algunas casas abandonadas y la carretera que estaba vacía a pesar de que de vez en cuando pasaba algún coche.
-    Es que antes, aquí tó esto era tó campo… tó campo.
Eric se atrevió ha hacer un chiste cuando vio el panorama. Violeta siempre ha dicho que nuestro pueblo tenía tres partes: Un 65% el núcleo del pueblo, un 15% las nuevas urbanizaciones, donde vivíamos nosotros,  rodeadas por el bosque y el 20% restante era campo, con algunas parcelas, pequeñas granjas y tierras cultivables. Y éste era un buen ejemplo, parecía un pueblo grande y cercano a la costa, pero si te fijabas bien, era un territorio protegido y aislado.
Una vez que llegamos a la casa, los cuatro nos quedamos embobados delante de la inmensa ruina: En sus tiempos debió ser una mansión de una importancia tremenda, seguro que vivía alguna importante familia, pero ahora daba pena ver sus grises ladrillos, las pobres ventanas y la puerta llena de verdes matorrales.
Exteriormente, daba la impresión de que la casa no era apta para vivir, pero su interior reflejaba todo lo contrario si no fuera por el polvo y algunos muebles dañados.
Ignorando la oscuridad, había una enorme entrada con altos espejos en sus paredes que daba paso a un magnífico salón, donde vimos las fotos antiguas de perros, la verdad es que era una colección, si es que se podía llamar así, tan extraña que daba hasta repelús.
Lysandro me llamó la atención para señalarme algo que le llamó la atención: Una biblioteca con cientos de libros de todos los tipos: Novelas clásicas, especialmente las de García Márquez, como Crónica de una muerte anunciada o El amor en tiempos de cólera, libros de poemas, siendo de los que más abundaban los de Baudelaire y autores del siglo XIX. Entre todos esos libros, había uno que destacaba del resto: Las desventuras del joven Werther. De J. W. Goethe. Era una edición de principios de los ochenta del siglo pasado, las páginas ya estaban amarillas e incluso algunas parecían que estaban incluso quemadas…
En su interior, en la primera página se veía cómo alguien había escrito en ella:
Para mi hermosa Sadako, mi prometida.
23 de Julio de 1982. Con cariño, de Castiel.
Y un poco más abajo, había de nuevo otro escrito, pero con las letras más irregulares:
Dulce Sadako, descansa en paz.
8 de Enero de 1983. Me he convertido en tu “Werther” porque no sé cómo voy a vivir sin ti, pero tengo que hacer el esfuerzo para honrar tu memoria.
- Por lo visto, era un romántico empedernido- comentó Lysandro con un hilo de voz.
Por alguna extraña razón, me sentía más segura cuando Lysandro estaba a mi lado porque sabía que nada malo me podía pasar junto a él. Sentía… Supongo que ya sabía lo que sentía, lo mejor era reflexionarlo, pasar más tiempo con él para asegurarme y esperar… ¿En qué estaría pensando en esos momentos?
-    Este tío tenía un problema… En el cerebro.
No podía ser, me había pasado de nuevo, me había quedado otra vez en una nube y fue Eric quién interrumpió mis pensamientos al coger el libro para observarlo más de cerca hasta que Violeta le arrebató el libro a Eric y lo devolvió en su sitio.
-    No deberías tocar nada de esta casa, puede ser peligroso.
Los dos empezaron a discutir al mismo tiempo que Lysandro y yo intentamos separarles…. Pero lo peor de todo estaba a punto de empezar.
-    ¡ALTO!- La voz de Violeta no sonó como si intentara imponerse, sino que sonó atemorizada- s-silencio chicos, esto es…. E- estoy escuchando un ruido… De arriba.
Recordé con temor que no se podía acceder a la planta de arriba, así que evitaba hacer la pregunta que todos temíamos: “¿Qué o quién estaba ahí arriba?” Mi pregunta se respondió rápidamente.
Una figura de blanco alargada se dejó ver, era claramente la de una mujer de tez clara y cabellos largos muy negros. Caminaba sigilosamente hacia nosotros. Petrificados por el pánico, escuchamos lo que nos susurraba.
-    ¿Quién de vosotros se ha atrevido a despertarme? Llevo 30 años vagando por ésta casa, intentando que nadie se acercara para conseguir mi eterno descanso…-los ojos de la tenebrosa figura eran completamente blancos, pero sabíamos que nos estaba observando. Todos vimos que sus labios no se movían, sin embargo, nos estaba hablando en susurros.
El espectro, enfadado, dejó de susurrar y empezó a gritar con furia- ¿CÓMO HABÉIS OSADO A MOLESTARME? El libro…. ¿QUIÉN HA COGIDO MI LIBRO?
De repente, un viento huracanado salió de la nada para perseguirnos, noté de nuevo los brazos de Lysandro protegiéndome, como si no quisiera perderme, pero logramos resistirnos.
-    No penséis que el viento será vuestro único castigo, ahora que soy libre volveré a nutrirme de almas y así alcanzar la inmortalidad…. Vosotros…. Vosotros…. Seres inconscientes… No sabéis dónde os habéis metido… Si alguna vez reveláis mi verdadera naturaleza o mis objetivos…. RECIBIRÉIS UN CASTIGO PEOR QUE LA MUERTE.
Incrédulos y aterrorizados, intercambiamos miradas y nos cogimos de las manos para salir de esa maldita casa y huir lo más lejos posible.
0 pastelitos Deja el tuyo!